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Estrés hídrico – Qué es y cuáles son los cambios necesarios en los modos de producción y de consumo

Recientemente se conocieron datos alarmantes publicados por el Instituto Mundial de Recursos: la mitad de la población global está expuesta a estrés hídrico al menos un mes al año.
Naturaleza y sustentabilidad. Agua cayendo en las manos de una persona.

¿Qué es el estrés hídrico?

Recientemente se conocieron datos alarmantes publicados por el Instituto Mundial de Recursos (WRI, por sus siglas en inglés): la mitad de la población global está expuesta a estrés hídrico al menos un mes al año, y además, hay 25 paises afectados permanentemente por esta problemática, entre ellos, Argentina, Chile y Uruguay.

El estrés hídrico hace referencia a la situación que se produce cuando la disponibilidad de agua es insuficiente para satisfacer las necesidades humanas y ambientales. 

Este fenómeno, es producido por diversos factores por lo que su mitigación es también compleja: el crecimiento de la población, el uso excesivo de agua para actividades industriales, agrícolas y domésticas, la contaminación y los efectos del cambio climático, entre otros, causan estrés hídrico e impactan a porcentajes cada vez más altos de la población. 

En este sentido, los reportes de la ONU muestran que el 72% de todas las extracciones de agua son utilizadas por la agricultura, el 16% por los municipios para los hogares y los servicios, y el 12% por las industrias, por lo que alimentación, producción y consumo son tres grandes ejes a repensar por los gobiernos, las empresas y la sociedad civil en su conjunto.

Hablemos de las consecuencias…

El estrés hídrico puede tener graves consecuencias para las comunidades, el medio ambiente y la salud pública. Puede llevar a la escasez de agua potable, la degradación de ecosistemas, la disminución de la producción de alimentos y la pérdida de biodiversidad. Además, puede intensificar los conflictos por el acceso al agua.

Por lo general, el estrés hídrico afecta con mayor intensidad a las personas con menos recursos: la falta de acceso al agua impide combatir ciertas enfermedades, afecta seriamente a las actividades de sustento económico (principalmente a las vinculadas con la agricultura) y pone en riesgo la seguridad alimentaria. Además, el estrés hídrico impacta de forma especialmente grave a otros seres vivos, y en particular a los árboles, generando regiones más secas, más calurosas y menos diversas, retroalimentando de manera negativa al problema ya existente. 

Tierra seca y agrietada. Tierra con estrés hídrico

Nuestro futuro depende del agua 

Uno de los grandes desafíos de las próximas décadas será el uso eficiente y responsable de los recursos hídricos. Esta es una de las metas del ODS 6 (Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2023 de la ONU): lograr un acceso universal y equitativo al agua potable y a servicios de saneamiento e higiene adecuados, así como mejorar la calidad del agua a nivel global.

Las empresas juegan un rol clave, debiendo colaborar no solo a la gestión sostenible de los recursos hídricos utilizados durante sus procesos productivos y de distribución, sino también invirtiendo en investigación e innovación en la temática.

 

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